Con su primer largometraje The Imperialists Are Still Alive! (E.U.A. 2010), la directora inglesa Zeina Durra ha conseguido una rareza en el cine actual: una sofisticada comedia de ironía sutil, sin compromisos comerciales y que a su vez es disfrutable. Aquí no hay guiños al espectador ni clichés de utilería barata. Durra narra tal y como quiere. Sólo muestra su bisoñismo cuando en algunos momentos se pierde un poco el balance rítmico de la trama y algunas secuencias se alargan algo más de lo necesario. Pero todo eso resulta baladí cuando se juzga la obra en su conjunto.
La trama gira alrededor de una artista conceptual (Elodie Bouchez en una excelente actuación que proyecta una informalidad atractiva) de origen franco-árabe, que reside en Manhattan y se mueve en el ambiente artístico de la vanguardia comme il faut. Una noche de vernissage se empata con un abogado mexicano que cursa un doctorado en no se sabe qué especialidad. A partir de ahi seguimos las pequeñas aventuras de la nueva pareja dentro de su círculo intelectual en el cual la mayoría de sus protagonistas son muchachos adinerados que disfrutan la bohemia neoyorquina. Se reunen en las nuevas exposiciones, van a fiestar a clubes privados situados en un ático detrás de un destartalado restaurante del barrio chino y se mueven entre apartamentos remodelados en zonas pobres. Todos habitan la corrección política y ellos mismos componen la diversidad. Aquí nadie es de donde está y todos quieren estar donde no están. La vida parece estar en otra parte. Aquí Durra desborda agudeza en su presentación de este mosaico humano de seres falsamente desplazados. El personaje de la Bouchez siempre se presenta con sus señas de identidad: “Nací en Francia, mi padre es jordano-libanés y mi madre es bosnia-palestina pero yo vivo en Nueva York”. El único que asume su identidad y su situación actual sin complejos es el mexicano, en una buena actuación del poco conocido José María de Tavira, que viene a ser un elemento estabilizador de la absurdez dramática del resto de los personajes y que participa de una perdurable secuencia camp subrayada por José José interpretando La nave del olvido, canción que a su vez cierra con los créditos finales.
La trama la complica un sospechado secuestro de un jordano, amigo de la protagonista, aparantemente ejecutado por la CIA, al éste aterrizar en Houston. Esto se refleja en conversaciones en voz baja y supuestos complots entre la figura central y unos amigos “árabes”, todos los cuales se mueven principalmente en limosinas. Se discute con preocupación la situación del mundo árabe, pero ese desasosiego se expresa mejor tras el timón de un Ferrari. Con ingenioso sarcasmo Durra presenta una cofradía de bufones que han sido transformados por sus propios disfraces. A la larga, nada se consuma y todo queda en habladurías. Es el nuevo radical chic, cada vez menos radical pero siempre tan chic, consumidos por el sistema que aparentan combatir. Los imperialistas siguen vivos y al parecer, los personajes de este filme parecen decirnos que a ellos les hace falta que sigan vivos. Es la lucha por la preservación del status quo.
The Imperialists Are Still Alive! (E.U.A. 2010). Guión y dirección: Zeina Durra. Intérpretes: Elodie Bouchez y José María de Tavira. Se proyecta actualmente en New York, Chicago y Los Angeles. Puede accederse a ella mediante IFC In Theaters.
Roberto Madrigal
Tengo para mí, que sos un dilentante con causa y además oficio .
ReplyDeleteInteresantes tus comentarios !