Cuatro generaciones de alemanes orientales desfilan por
las páginas de En tiempos de luz
menguante, la novela de Eugen Ruge que le valiera el premio Alfred
Doblin y con el Deutscher Buchpreis, el premio literario más importante que se
concede en Alemania.
La novela va tejiendo la saga de la familia Umnitzer.
Comenzando con el patriarca Wilhelm Powleit que es en realidad el único que no
tiene lazos genéticos con el resto de la familia, probablemente con la idea de
acentuar la bastardización de un país artificialmente dividido por cinco
décadas. Powleit es un hombre rodeado de leyenda, a quien se le atribuye estar
entre los fundadores del proyecto de Alemania oriental. Nacido en 1899 es un
comunista desde principios de siglo, se le asocia con Karl Liebnecht y Walter Ulbricht,
se conjetura que fue espía del partido comunista alemán en México y después se
dedicó a labores de propaganda intelectual. Muchas veces condecorado, toda su
historia puede que no sea más que una farsa. Su esposa Charlotte clama haber
militado en el partido comunista por 62 años y haber sido una fiel
investigadora de asuntos sociales.
Karl, el hijastro de Wilhelm, es un marxista convencido
que durante el estalinismo fue víctima de las purgas y enviado a un gulag
soviético. Allá, en una remota aldea siberiana, conoció y se casó con la
campesina rusa Irina y tuvieron un hijo, Alexander, quien parece ser un discreto
alter-ego del autor. Alexander nació en la Unión Soviética y nunca se ajustó a
la vida en Alemania oriental. Contestatario desde temprano, se desarrolló como
dramaturgo y a la larga emigró al occidente. Su hijo Markus , producto de un
matrimonio desastroso con una psicóloga sin antecedentes comunistas que nunca fue
aceptada por la familia, ya pertenece a una generación desarraigada, que culpa
a sus predecesores de todos los males de la sociedad y que enarbola la
suástica, no como símbolo nazi, sino supuestamente como adhesión a los
principios hinduistas, los cuales, hace miles de años, crearon este signo como
representación de fuerzas sagradas y buenos augurios.
La novela se ancla en el primero de octubre de 1989,
durante la celebración del cumpleaños de Powleit, pero salta elípticamente entre
1952 y 2001. Cuando nos encontramos a la familia reunida durante la
celebración, es un núcleo mal llevado en el cual cada generación detesta a la
anterior y viven en un perenne ajuste de cuentas. A pesar de ello, una
corriente afectiva les recorre y mantiene la unidad. Los movimientos elípticos
nos permiten conocer individualmente a cada uno de los componentes de la familia,
otorgando densidad dramática y vitalidad a los personajes, sin dejar de
aproximarse a los grandes problemas sociales que enfrentaron quienes tuvieron
que vivir en la vitrina del socialismo real. Cada generación destila sus
pequeñas envidias, sus fracasos y muy pocos triunfos.
Todo el tema y la trama de la obra son envolventes y
fluyen fácilmente desde el punto de vista de la elaboración de personajes y
situaciones. Ruge aborda la saga con gran paciencia, elevando su edificio
ladrillo a ladrillo. Digiere la Historia con lucidez. Dicen que durante una
lectura a Gunther Grass se le apagó la pipa, pero habría que preguntarse si es
por lo cautivante del tema y de su desarrollo o por el problema que presenta la
novela. A Ruge el lenguaje no se le da con facilidad y a veces las
construcciones gramaticales son torpes. En el caso de la edición española de
Anagrama, esto se agrava por lo pésimo de la traducción a cargo de Richard
Gross, un austríaco con doctorado en traducción y filología hispánica, que
posee un imponente currículo, en el cual incluye traducciones de Hans Magnus
Erszenberger, Theodor Adorno, Sigmund Freud, Erick Hackl y Gabriel García
Márquez, pero que aquí no demuestra ninguno de sus atributos ya que su
selección de palabras se mueve entre lo llano y lo académico, dificultando la
lectura de la novela, haciéndola a ratos incomprensible con giros gramaticales
desatinados.
Eugen Ruge (Sosva 1954), nació en los Urales y como el
Alexander de su novela, vino de pequeño a la República Democrática Alemana.
Cursó estudios de matemática en la Universidad de Humboldt, para tras un breve
periodo de labor científica, dedicarse a trabajar en documentales para los
difuntos estudios de la DEFA. Al igual que su Alexander, emigró al oeste en
1988 y se dedicó por completo al teatro y la televisión. En tiempos de luz menguante es su primera novela, que a pesar de
los defectos mencionados, es una obra importante, que toca un tema desde un
punto de vista nunca antes visto, el de los vencidos por el devenir histórico,
el de una familia fundacional de uno de los más disparatados proyectos sociales,
en el cual, como se cita en la novela, se especializaron en “crear ruinas sin
armas”.
En tiempos de luz
menguante.
Anagrama 2013. Barcelona, España. Autor: Eugen Ruge.394 páginas. El libro puede
adquirirse a través de Amazon y se anuncia que saldrá en inglés en septiembre.
Roberto Madrigal
Gracias por la reseña.
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