Tras leer, en el número más reciente de la revista Cineaste, una reseña muy positiva sobre
el documental Will the Real Terrorist
Please Stand Up, me lancé, con furor de masoquista, a buscar en la intenet
la mayor cantidad de fragmentos disponibles en YouTube y otros sitios. No lo
pude ver completo, pero vi al menos veinte minutos además de una entrevista con
su director, Saul Landau, en el sitio www.DemocracyNow.org, hecha por la
periodista Amy Goodman.
No hace falta ver el documental completo para darse
cuenta que no es más que otro vehículo de propaganda, realizado por uno de los
mejores servidores que el castrismo ha tenido en los Estados Unidos desde 1960.
Quien ha visto su documental Fidel
(1968) y ha leído algunos de sus artículos en Cubadebate, Progreso Semanal y en
el Huffington Post, entre otros medios, sabe que Landau es un excelente ejemplo
de lo que es un habilidoso manipulador del sesgo. O sea, enhebra toda una
letanía de medias verdades, apoyada por hechos comprobados, las magnífica y se
cuida mucho de ponerle algún tipo de contrapartida o investigar opiniones
diversas. Luego, hace generalizaciones en base a ello. Parece disfrutar la
inversión de roles entre las víctimas y sus victimarios.
En este documental, cuyo título juega con el de una
canción de Eminem (Will the Real Slim
Shady Please Stand Up), parte de una serie de actos terroristas realizados
contra Cuba, desde el derribo del avión que llevaba atletas cubanos desde
Barbados en 1976, pasando por las bombas puestas en hoteles cubanos, siguiendo
con el derrumbamiento de los aviones de Hermanos al Rescate, que Landau
presenta como un grupo que al final se dedicaba a acciones de espionaje y culpa
de la acción de la Fuerza Aérea Cubana a José Basulto, el jefe de la organización,
para seguir con el caso de Posada Carriles y terminar con el de los Cinco
Espías, la importancia de cuyas acciones, por supuesto, minimiza. Entre los entrevistados -que presenta para
ostentar “objetividad”-, están Armando Pérez Roura y Ninoska Pérez Castellón,
cuyas palabras escoge y edita muy bien para que aparezcan como paladines de la
pro-violencia. También entrevista a Edmundo García.
Narrado melodramáticamente por Danny Glover, -un buen
actor que hace una década que no figura en una película decente y que se ha
dedicado con devoción a defender la causa de los Cinco Espías y del difunto
Hugo Chávez-, el filme tiene como propósito demostrar que en las relaciones entre Cuba y
los Estados Unidos, los únicos terroristas han sido los americanos y que el
exilio cubano es una comunidad de extremistas de derecha que no respetan la
democracia ni la libertad de expresión, sin dejar de acentuar la vieja y
gastada monserga de que son producto de una desaparecida república corrupta,
controlada por la mafia. Lo interesante, y lo peligroso, es el aval que se le
da al documental en medios académicos y en revistas especializadas en cine.
Saul Landau es un hombre brillante que se expresa con una
locuacidad envidiable. Nacido en 1936, tras graduarse de la Universidad de
Wisconsin, en Madison, se desempeñó como mimo y dramaturgo en San Francisco, a
la vez que hacía su dinero como distribuidor de cine. Confiesa que en 1960
visitó Cuba para ver lo que pasaba y vio gente que con su misma edad tenían
altos cargos gubernamentales y “usaban su cerebro mejor que yo”. A partir de ahí
se dedicó al activismo y a la militancia pro-Cuba en los Estados Unidos. Cuenta
que en 1966, el difunto comandante René Vallejo lo invitó para que fuera a Cuba
a filmar un documental sobre Fidel Castro que resultó en el ya mencionado Fidel. El panfleto no es más que una
serie de secuencias con Fidel Castro visitando diversos proyectos agrícolas y
haciéndose el simpático con el pueblo. Al final le concede una entrevista a
Landau. Lo estrenó en 1969 a través de la televisión pública y su presentación
en Nueva York y en Los Angeles, en 1970, fue frustrada por dos bombas que
fueron plantadas en el cine neoyorquino y un fuego en el teatro angelino. Algo
similar ocurrió cuando Sandra Levinson lo fue a poner en el Center for Cuban
Studies de Nueva York en 1971.
Landau ganó el premio Edgar Allan Poe de 1981 por su
documental Assassination on Embassy Row,
sobre el atentado realizado contra el diplomático allendista Orlando Letelier.
Ha realizado entrevistas y escrito libros sobre Nicaragua, Chile y el
subcomandante Marcos. Es profesor emérito Hugh O. Bounty Chair en Conocimiento
Interdisciplinario Aplicado, de la California State University de Pomona y es
fellow del Institute for Policy Studies, un think-tank,
radicado en Washington.
Recuerdo vagamente sus presentaciones en la televisión
cubana y sus entrevistas en los periódicos Granma
y Juventud Rebelde así como en otras
publicaciones especializadas. Siempre apoyado, siempre apoyando. Nunca me crucé
con él porque solamente se movía en los círculos del poder, a los cuales jamás
tuve acceso. Lo que más me molesta al oírlo hablar es que maneja demasiada
información y estoy seguro que no es posible que la haya obtenido por si solo.
Conoce demasiados detalles y muchos son muy similares a los que divulga el
gobierno cubano, pero con mayor profundidad. Prestando atención a lo que dice,
a su trayectoria y a su militancia, aunque no lo pueda probar con hechos, no me
cabe duda de que su información procede, ya procesada y arreglada, de los
archivos de la antigua escuela de los Hermanos Maristas. No es meramente un
vocero, es un hombre creativo que maneja a conveniencia suya y de quienes
sirve, la información que se le da. Resulta muy interesante ver la tergiversación
de información que hace en su reciente artículo sobre Yoani Sánchez (“The U.S. Celebrates
Yoani, But Does Not Hear Her Message”), aparecido en el Huffington Post.
¿Profesor? ¿Cineasta? ¿Investigador? ¿Periodista?
¿Agente? ¡Por favor, que el verdadero Saul Landau se ponga de pie!
Roberto Madrigal
Muy bueno, gracias. Evidentemente, no es un tonto útil, sino un "inteligente" útil, y más que esto.
ReplyDeleteDígase "entrevistó a Edmundo García" y se ha dicho todo
ReplyDeleteLa engañosamente lamada "Democracy Now" es una organizacion radical dedicada a la destruccion de los Estados Unidos. Editorialmente, funciona como una sucursal del Granma.
ReplyDeleteCreo que la Sra. Valdez pudiera abundar acerca de el en sus relaciones con los altos circulos. Todos tambien que las fuentes monetarias para realizar esto proyectos viene de Venezuela y del dinero mandado por los exiliados politicos y "brazeros" en todas partes del mundo. Gracias por el articulo Senor Madrigal.
ReplyDeleteEdmundo maricon, picha'e lapiz!
ReplyDeleteDe madre, estos gringos que van a Cuba a cantar las bondades del sistema pero se ponen una venda en los ojos para no ver las cosas malas...cosas que ellos no tolerarían en su país ni por medio minuto.
ReplyDeleteEn fin, el mar..........
ReplyDeleteGracias por tus palabras. Buen olfato para los malos olores.
ReplyDeleteHay muchos "intelectuales liberales" que le han hecho "coro" al Infame en jefe y a su pantomima de Revolucion.......
ReplyDeleteEl caso descrito en esta oportunidad lo avala.
El Castrismo ha tenido a su lado a estos elementos, tanto en Estados Unidos como en Europa.
Los cubanos los hemos tenido en nuestra contra.
Todos los comunistas recalcitrantes de USA van por el mismo camino de los cubanos ... directo al crematorio o al cementerio.
ReplyDeleteGracias Roberto... Tengo razones para creerte más a ti, en cuanto a lo nuestro, que a cualquier estúpido periódico del mundo...
ReplyDelete