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Wednesday, April 29, 2015

El zafarrancho de los exégetas



Tan grotescos resultaron a la vista de cualquier persona con un poco sentido común, los mítines de repudio orquestados por los delegados de la sociedad civil transportada desde Cuba por el gobierno del General Castro, que los exégetas y maquillistas oficiales, amanuenses de oficio, han tenido que saltar alarmados para establecer una explicación coherente a lo sucedido, tarea imposible, pero los supuestos intelectuales, que actúan más bien como cosmetólogos ideológicos, siempre están dispuestos a justificar sus cada vez más mermadas prebendas.

El número más reciente de la revista digital La Jiribilla (726), uno de los medios dedicados a
expresar la versión oficial de la cultura cubana, recoge un dossier de artículos publicados al respecto, en otros medios o escritos a solicitud de la revista. El propósito es “responder” principalmente al periodista uruguayo Fernando Ravsberg, exreportero de la BBC, compañero de viaje que reside en Cuba y que por lo general defiende a la revolución con cierto sentido “crítico” (que no va más allá de la vergüenza ajena que siente cualquier extranjero que tiene que defender de manera relativamente creíble lo indefendible), que se atrevió a criticar la ejecutoria de los delegados, aunque siempre comprendiendo los principios que propugnan.

La colección de artículos no es más que un mal orquestado intento de ofrecer opiniones aparentemente disímiles, pues a algunos la gritería y la grosería les parece mal, pero a la larga todos justifican el hecho en base a que: “fueron provocados”, “los culpables son los americanos”, “no se puede compartir una mesa con un asesino como Félix Rodríguez”…¿Suena familiar? Es el reciclaje de la misma retórica, el presentar únicamente posiciones antitéticas, sin matices, la versión moderna de “Patria o Muerte” (que nunca ha desaparecido).

Silvio parece criticar la conjura contra Ravsberg y finge molestia respecto a la gresca, pero la justifica por el aspecto de provocación de las delegaciones disidentes. Amaury Pérez cree que el debate es más sano, y expresa que “nuestra historia como nación puede exhibir múltiples ejemplos de juicio y altura en sus desacuerdos” (es difícil saber a quién se refiere), pero eso lo escuda con la siguiente frase: “En la Cuba futura, la que promueve con fuerza, vigor e inteligencia nuestro General Presidente…”  Que conste que no hay aquí ironía. Sé muy bien que Amaury no tiene el menor sentido del humor. Pero bueno, Amaury y Silvio no son intelectuales.

Aurelio Alonso en su trabajo, justifica los exabruptos porque existió una “prefabricación provocadora e inescrupulosa de los foros periféricos” y acto seguido comienza a utilizar una terminología pedestre, de instructor de barrio, acusando a “la mafia de Mami” de crear la provocación con su apoyo financiero a seres indeseables.

Rafael Hernández aparenta cautela intelectual en su trabajo y básicamente trata de poner contra la pared a los disidentes cubanos, que según él ahora van resultar un estorbo para la política americana de restablecimiento de relaciones, ya que la “mayoría de ellos se opone a esta”. En el mismo artículo se hace una serie preguntas como “qué harían los Estados Unidos con un grupo que recibe apoyo financiero de una potencia vecina”, y lo único que demuestra es su falta de comprensión de la tolerancia que existe respecto a los opositores en cualquier país civilizado. Esto tiene su corolario en las declaraciones estúpidas de Abel Prieto en las cuales compara a los disidentes cubanos con Al Qaeda. Ya resulta imposible preguntarse qué hacen individuos inteligentes defendiendo un espejismo, un delirio que se deshace.

Pero lo curioso es que todos tienen un común denominador, el reforzamiento del discurso binario, el blanquinegrismo intolerante y de nuevo, la base de todo, la identificación de Cuba-Pueblo-Revolución-Partido-Estado como unidad inseparable. Si alguien se opone a uno se enfrenta a todos. Esto justificará siempre no solamente la gritería, los ataques verbales y los asaltos tribales organizados, sino también la represión violenta contra quien sea considerado como un enemigo de esa pentarquía unitaria.

En momentos en los cuales proclaman cambios y apertura, el discurso que rige sus acciones, se cierra con más fuerza en el aislacionismo, la xenofobia, el desprecio a la diversidad y el patriotismo pueril. Como señaló recientemente en una entrevista Michel Houellebecq, los patriotas necesitan enemigos.

Roberto Madrigal



2 comments:

  1. Me referiré solo a lo comentado por Ravsberg, por no ser un "intelectual revolucionario", sino un "periodista extranjero que vive en Cuba" a quien el resto de los "intelectuales" enfrentan por su critica a la actuación de "las tropas internacionalistas de acción rápida"; pero si leemos esta "critica" veremos como Ravsberg pasa por alto olímpicamente, con esa tendencia que el tiene de hablar de la cadena pero nunca del mono -- y que arrastra desde que estaba en la BBC -- mientras alaba la civilidad del "Presidente Castro" critica a "la sociedad civil oficial" como si esta no hubiera sido envidada por aquel... ah y por cierto, faltaba mas, iguala a agredidos y agresores.

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  2. Tienen que ganar el plato de lenteja aquellos sin dignidad ya vendida. Demos gracias que no estamos entre ellos.
    Tu amigo del norte

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