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Monday, August 25, 2014

Fiesta y destino


La Casa Spaso, una mansión palaciega de estilo ruso imperial,  localizada en el distrito del Arbat, fue construida en 1913 para vivienda del poderoso industrialista textil Nikolai Vtorov. Finalizada en 1914, tras el triunfo bolchevique y la misteriosa muerte de Vtorov, pasó a ser la residencia del Comisario del Pueblo para Asuntos Extranjeros, Georgui Chicherin y luego de importantes diplomáticos soviéticos.

Desde 1933, la Casa Spaso pasó a ser la residencia oficial del embajador de los Estados Unidos. Fue escogida para ello por el primer embajador ante la Unión Soviética, tras dieciséis años durante los cuales los Estados Unidos se había negado a reconocer la existencia de la nueva nación como estado. Cuando William Bullitt llegó a presentar sus credenciales diplomáticas, Stalin le ofreció la oportunidad de escoger para su residencia cualquier casa que le gustara.

El 23 de abril de 1935, Bullitt decidió organizar la fiesta más grande que jamás se había dado en Rusia. Fue una fiesta en la cual se confundieron la literatura, la política, la tragedia y el devenir histórico en un país en plena convulsión. Una ocasión más en la cual la naturaleza imitó al arte y este a su vez se nutrió de ella.

El propio Bullitt era un personaje de novela. Proveniente de una familia prominente de Filadelfia, tras graduarse de Yale y trabajar por un tiempo como abogado en el bufete de su abuelo, se casó en segundas nupcias con la periodista Louise Bryant, viuda de John Reed, el autor de Los diez días que estremecieron al mundo. El personaje de Bryant fue protagonizado por Diane Keaton en la película Reds, que está en parte basada en el recuento que de aquellos años hizo Bryant en su libro Six Red Months in Russia. Bullitt quedó impresionado por los sucesos ocurridos durante la revolución bolchevique y desde 1919 estuvo, infructuosamente, tratando de convencer a Woodrow Wilson de abrir relaciones diplomáticas con el nuevo gobierno de los soviets.

Bullitt escribió una novela, muy mala, titulada It’s not done (1926), que no pasaba de ser una perreta infantil contra la aristocracia que en Filadelfia circulaba alrededor de la plaza Rittenhouse. La novela ha quedado olvidada mientras que Rittenhouse sigue siendo uno de los centros más atractivos de la ciudad, en la cual se cruzan saltimbanquis, aristócratas paseando sus perros, estudiantes del aledaño instituto musical Curtis y jugadores de ajedrez blitz, quienes por dinero juegan con quien los invite.

En 1925 Bullitt compartió en Paris la fiesta móvil con Fitzgerald y Hemingway, con quienes bebió, diletó y trabó una buena amistad y luego quedó muy impresionado con el personaje de Gatsby. La idea de la fiesta en la Casa Spaso era superar en espectacularidad lo descrito por Fitzgerald en su novela.

Para la gran fiesta, que Bullitt quería hacer “al estilo ruso”, alquiló aves exóticas, que mantuvo detrás de una red, corderos y cachorros de osos que se movían por los pasillos y hasta gallos encerrados en jaulas que colgaban de las paredes. Al evento asistió el tout Moscú, quinientos invitados entre los cuales se incluían ministros, intelectuales bolcheviques como Bujarin y Radek, así como los más altos líderes militares soviéticos, entre ellos los mariscales Tukachevski, Yegorov y Budyony. Los cuatro primeros serían víctimas de la Gran Purga de Stalin un par de años después, mientras que Budyony se convertiría en uno de sus principales acusadores. Futuras víctimas y victimarios compartían el vodka y el champán financiado por el representante de la potencia enemiga.

Entre los invitados se encontraba un dramaturgo que tras muchos conflictos con la censura cultural soviética, había sido perdonado y restablecido por Stalin. Era Mijail Bulgakov, quien ya para entonces tenía escrito gran parte del manuscrito de El maestro y Margarita, la novela más leída de toda la literatura soviética y una de las más importantes de toda la literatura rusa. La obra que lo devolvió al ostracismo. Bulgakov estaba en compañía de su tercera esposa, Elena, quien le sirviera de modelo para el personaje de Margarita.

La fiesta comenzó a las doce de la noche. Excepto por los mariscales y los intelectuales bolcheviques, los hombres vestían de frac y las mujeres con vestidos de llamativa elegancia. Los animales hicieron de las suyas, algunos pájaros escaparon y picotearon en la comida, un osezno se emborrachó de champán y todos los participantes se observaban con suspicacia y comentaban en susurros. A las cinco de la mañana, en una escena que luego sería reproducida en Russian Ark, el filme de Sokurov en el cual los aristócratas rusos fiestean en el Hermitage, poco antes del advenimiento de la Revolución Rusa,  sin consciencia de lo que se les viene encima, los invitados comenzaron a abandonar la mansión con un optimismo alcohólico acerca de sus respectivos futuros.

Bulgakov se fascinó tanto con la fiesta, que la utilizó como modelo de su capítulo “El baile de primavera de Satán”, en la novela antes mencionada. Esta fiesta agorera le llevó a hacer varios cambios en su obra, ya que hoy es bastante reconocido que Voland, el mago misterioso de origen incierto en El maestro y Margarita, está basado en Bullitt. También se sabe que Bulgakov tenía una versión anterior del baile de Satán que remplazó en favor de la que aparece en el libro. Elena siempre declaró que la primera versión le parecía mejor y Bulgakov, poco antes de morir, quemó la versión original para que nunca le editaran su novela y le cambiaran la fiesta que él favoreció.

Bullitt, quien entre otras hazañas, convenció a Freud (de quien había sido paciente), de escribir a dúo una psicobiografía de Woodrow Wilson que no se publicó hasta 1967, fue nombrado embajador en Francia al año siguiente, pero para cumplir el destino ominoso de los participantes de esta fiesta, terminó enredado en una trama de su propia urdidura que lo hizo víctima de los círculos de poder.

En su celo de protagonista, en 1941 fue ante el presidente Roosevelt para decirle que Sumner Welles, (entonces subsecretario de estado, un favorito del presidente, quien lo había nombrado como mediador en la Revolución de 1933 en Cuba), era un homosexual que pagaba favores a los porteros de los hoteles en los cuales se alojaba, Roosevelt respondió con indignación y separó a Bullitt del Departamento de Estado. Más tarde, en un aparente gesto conciliatorio, Roosevelt lo convenció a postularse para alcalde de Filadelfia mientras por detrás le avisaba a los dirigentes del partido demócrata de la ciudad que lo degollaran políticamente. Bullitt perdió estruendosamente.

Bulgakov murió en 1940. Bullitt, después de caer en desgracia, se convirtió en un vagabundo defenestrado y escribió artículos de furibundo anticomunismo hasta su muerte en Neuilly, Francia, en 1967. Sus restos fueron regresados a su natal Filadelfia.


Roberto Madrigal

2 comments:

  1. Fascinante el personaje de W. Bullitt. Walter Lippmann decía que era una rara mezcla de "diplomático y profeta". No son tan infrecuentes esos embajadores extravagantes, a pesar del protocolo y la etiqueta. Me pregunto si se habla de la casa Spaso en la novela de Anatoly Ribakov "Los niños de la calle Arbat", que fue muy importante en Moscú durante la perestroika.

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    1. Aunque poseio la novella, confieso que no la he leido, pero puede que, llevado por mi interes por el tema, ahora encuentre tiempo para hacerlo. Gracias Rafael

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