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Sunday, April 13, 2014

El largo brazo del poder


Los dirigentes totalitarios son adeptos a utilizar, en beneficio suyo, las leyes y derechos que conceden los países democráticos mientras niegan esos mismos derechos en sus propios países.
La profesora Karen Dawisha ha publicado, desde 1989, seis libros con Cambridge University Press. Sin embargo, tras un acuerdo preliminar, pactado en 2011, para publicar su trabajo investigativo sobre las relaciones de Vladimir Putin con el crimen organizado en Rusia, la casa editorial ha decidido que no va a seguir adelante con los planes de publicación.
No se trata de un caso de censura. Cambridge University Press simplemente ha decidido no publicar el libro y la profesora Dawisha puede negociar con cualquier otra casa editorial la publicación de su trabajo. El problema es el resultado de una restructuración de las leyes sobre libelo en Gran Bretaña y la editorial estima que la cantidad de información y acusaciones contenidas en el texto, vinculando a Putin con el crimen organizado y con una gran variedad y cantidad de negocios ilícitos, los hace vulnerables a una demanda judicial por parte de las autoridades rusas que los podrían llevar a la quiebra.
La profesora Karen Dawisha es la creadora y directora del Centro Havighurst para Estudios Rusos y Post-Soviéticos de Miami University. Esta institución, que no tiene nada que ver con la de nombre parecido (University of Miami) de la Florida, es la universidad estatal más prestigiosa del estado de Ohio y está considerada como una de las mejores universidades públicas de los Estados Unidos. Su nombre se debe a que radica en el extremo suroeste del estado de Ohio, que era territorio de los indios de la tribu Miami, en lo que se conoce geográficamente como el Valle de Miami.
La académica obtuvo su doctorado en la London School of Economics, en 1975, y desde entonces se ha dedicado al estudio y la investigación de la política soviética, la transición después de la desintegración del sistema soviético y el poder en la nueva Rusia. Ha enseñado en varias universidades de Gran Bretaña y Estados Unidos, y ha trabajado en conjunto con varias instituciones de estudios políticos como el Wilson Center. Desde el año 2000 se estableció en Miami University. Ha publicado importantes libros de texto sobre Gorbachov, sobre los cambios en el Asia Central y en el Cáucaso, sobre la primavera de Praga y sobre las nuevas relaciones entre Rusia y los países del antiguo bloque soviético.
Ha seguido muy de cerca las actividades de Vladimir Putin desde 1990 y ha recopilado, en los últimos cinco años, una gran cantidad de información sobre las relaciones del presidente ruso con la mafia rusa. Muchos de los individuos que ha investigado en su libro se encuentran en la lista que el gobierno americano ha publicado y a los cuales se les ha congelado sus cuentas en los Estados Unidos y se les ha prohibido recibir visa americana.
Basándose en investigaciones periodísticas y documentos que estuvieron perdidos por un tiempo, así como entrevistas para corroborar sus hallazgos, el texto se concentra en las negociaciones que realizó Putin durante sus años en San Petersburgo y como a partir de ahí creo toda una red de asociados leales con los cuales ha manipulado su ascensión a los más altos círculos del poder.
La doctora Dawisha dice entender la posición de Cambridge University Press. Está segura, y lo ha mostrado en un intercambio de correos electrónicos con los editores, de que la casa editorial trató por todos los medios y de buena fe, de publicar su libro, pero que dadas las leyes de Gran Bretaña, corren un gran riesgo de ser acusados de libelo, a pesar de que ella sostiene la veracidad de sus conclusiones. Es lógico, pienso yo, que Cambridge University Press no quiere ver sus instalaciones rociadas de polonio o cualquier otro elemento radioactivo. También, de las diferentes declaraciones de la autora y de los editores, se infiere que alguna velada amenaza ha llegado a las oficinas de la editorial. Las amenazas rusas no pueden tomarse con ligereza.
De todos modos, la profesora va a continuar buscando un editor, esta vez en los Estados Unidos, donde las leyes son diferentes y los tiranuelos no pueden fácilmente llevar a corte a sus acusadores. Lo más probable es que para fines de este año o principios del próximo, el texto vea la luz en este país.


Roberto Madrigal

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