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Wednesday, July 3, 2013

El caso Snowden: heroísmo, traición, patriotismo y el Gran Hermano

 
No creo que había llegado yo a los diez años de edad cuando en Cuba se multiplicaron unas calcomanías que se pegaban en las casas y decían: “Este niño será ¿creyente o ateo?”. Tenían una cruz en el medio y la cara de un niño de mi edad. Eran distribuidas por la Iglesia Católica para contrarrestar el ateísmo que se nos venía encima. Su contrapartida eran unas calcomanías de diseño similar, casi exactamente igual, que decían: “Este niño será ¿patriota o traidor?”. No tenían la cruz, pero juro en el recuerdo que era el rostro del mismo niño el que presentaban. Ya sabemos quién ganó la contienda.
Para decir la verdad, no puedo hacer memoria de cual salió primero, no anotaba entonces lo que iba a escribir hoy, pero como resultado de esa batalla entre dos totalitarismos, le tomé aversión a los extremos. Me asustan los héroes tanto como los traidores.
Edward Snowden decidió hace poco revelar detalles sobre unos programas secretos del gobierno de los Estados Unidos, el PRISM y el Tempora, dedicados a recoger toda la información de tráfico de llamadas telefónicas y de la internet, que incluyen los que reúnen las principales compañías de servicios de celulares, así como las maquinarias más importantes del mundo virtual como Google, Facebook y otras, y le han caído encima de repente hordas de admiradores y detractores que lo dibujan tanto como un héroe que como un traidor. El mundo entero parece haber abandonado el raciocinio y se ha largado a los extremos. La administración de Obama ha utilizado todos sus medios de persuasión para castigar su audacia, al punto de que a estas alturas, ningún gobierno se atreve abiertamente a darle abrigo.
Ni lo uno, ni lo otro. No voy a analizar las motivaciones de Snowden para revelar esta información. Eso solamente sería tema de especulaciones más ligadas a las convicciones de quienes opinan que a la realidad de los hechos. Se conoce poco del sujeto. Sin embargo, me parece que hizo muy bien en revelar esos métodos siniestros que ha empleado el gobierno de los Estados Unidos (y el de Gran Bretaña también) para, en nombre de la seguridad nacional, recopilar información de sus ciudadanos (y por supuesto, de ciudadanos de muchas otras partes del mundo), a espaldas de ellos.
Estos programas fueron diseñados bajo la administración de George Bush tras los sucesos del once de septiembre y se han mantenido y magnificado en los cinco años que el peripatético Barack Obama lleva en el poder. A la hora de escuchar nuestra intimidad, demócratas y republicanos se dan la mano. Seguridad nacional ¡cuántos crímenes se cometen en tu nombre! Entiendo perfectamente las razones que puede tener el gobierno de los Estados Unidos para supervisar el tráfico de información en las redes virtuales y de comunicación, no me preocupa que todos seamos sospechosos, pero si van a investigar la vida de nosotros y la de los otros, tienen que decirlo abiertamente. El gobierno lo debió haber anunciado.
Se podrá argumentar que eso sería avisar al enemigo, pero no es cierto. Es probable que ese invisible pero no menos peligroso enemigo esté mejor informado de la vigilancia que el resto de los ciudadanos, lo que expone al individuo común y corriente a un mal uso de una información que se ofrece inocentemente. Avisar de unas medidas ayuda a prevenir, cuando no se avisan, es espionaje, es rascabucheo sucio, violación de la privacidad. No importan las justificaciones legales. Esa información está en manos de muchas personas y solamente basta con que una sea deshonesta para crear el caos y afectar a mucha gente. El gobierno tiene el derecho de vigilarnos para protegernos, pero nos tiene que informar de ello, tenemos que ser sus cómplices y no sus víctimas.
Por otra parte, no se debe exagerar. Este no es el Gran Hermano. Este es un país democrático, con muchos sistemas de monitoreo y supervisión, que no va a usar la información como lo haría China o Cuba. Sin embargo, me preocupa que para supervisar este programa no se organizara una entidad independiente, sin lazos con los gobernantes. No me parece correcto que esta vigilancia sea a su vez vigilada por los mismos que la establecen. El senado, la cámara y la administración son todos copartícipes en este asunto.
            Lo horrible y errado de Snowden no es haber revelado la información, sino no haber enfrentado sus consecuencias. Todos los soplones de secretos estatales o institucionales, se han enfrentado a las ramificaciones de sus actos. Si tuvo la intención de ser héroe, entonces en vez de huir, debió enfrentar legalmente al gobierno americano y defender su posición. Sé que es mucho pedir, pero él se metió en el juego y después le cogió miedo a sus reglas. Una suerte de Carromero anglosajón. Lo peor de Snowden es con quienes se ha asociado. Un hombre que reclama que revela información en beneficio de las libertades y de la privacidad de los ciudadanos, no debe ligarse a gobiernos como el de Rusia, China, Ecuador, Bolivia, Venezuela y Cuba. Eso lo convierte en un hipócrita o en un patán, y si se quiere hasta en un traidor.
También la prensa ha jugado un papel nefasto que reniega de los principios que supone defender. Hasta hace poco parecían agazapados, esperando órdenes. Todos denunciando a Snowden como si fueran meros voceros del gobierno. No ha sido hasta hace poco que algunos medios como el New York Times, el Wall Street Journal y otras cadenas de prensa plana y electrónica se han atrevido a presentar un enfoque balanceado. Y eso, a través de sus columnistas, porque los reportajes se han mantenido dentro de los límites del sensacionalismo en pro del establishment. Vergüenza debiera darles.
Buscar transparencia es lo que está en el meollo del asunto y todo el mundo lo elude. Snowden hizo bien en revelar la información, pero es culpable por su asociación con los grandes represores que en el mundo hoy son. La prensa y el gobierno han hecho una alianza bochornosa para presentar un frente común en defensa de la seguridad nacional. Si la prensa no es inquisitiva y renuncia a cuestionar las intenciones y los mecanismos del gobierno, no sé a dónde iremos a parar. Ni patriotas ni villanos, simples colegas.
Todo lo anterior refuerza mi creencia de que héroes y traidores, deben pastar no en mi jardín, sino en una pradera bien lejana.
 
Roberto Madrigal
 

3 comments:

  1. ¡Muy buen artículo! Que se vayan todos a pastar bien lejos, buenas perchas están. Me estaba acordando de las calcomanías...mi maestra de piano tenía una de creyente o ateo en la puerta de su casa. No recuerdo la otra pero sí que da repeluzno. Y si el Gran Hermano oye mis conversaciones hablando de la última gracia de mi perro el maxxi se morirá se risa o le dará sueño pero eso no es motivo para que las esté escuchando. Muas desde Taos...

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    1. Humanamente es imposible que se puedan seguir y controlar todas los billones de homepages y mails que se visitan y se reciben diariamente en este mundo. El que conozca algo de informática sabe bien que estos tipos de programas de rastreo funcionan sobre filtros programados sobre determinados algoritmos y parámetros (nombres, regiones, fechas, etc). No creo que la NSA se haya tomado el trabajo de escribir un algoritmo para Maxxi y así… O sea, mucho ruído y pocas nueces, pero vivimos en la era de la "corrección política" por lo que este tipo de cosa "escandaliza".

      LO que convierte a Snowden en un traidor no es la búsqueda de refugio en pasíses totalitarios, sino la falta de valentía y coraje civil. Cuando Daniel Ellsberg en los años 70 publicó los Pentagon Papers, no salió huyendo para Cuba, sino enfrentó a la justicia norteamericana partiendo de su convicción que lo que hacía era justo y ahí está la diferencia que convierten a Assange y Snowden en chivatos.

      Como no tengo nada que ocultar, me da igual que la NSA, la CIA, el G2, el MI5 y el Mossad sepa lo que hago en mis tiempos libres frente a la computadora, como también sé que no soy tan importante para ser tomado en cuenta. Mi confianza está en que controlen a los "malos" para tener la ilusión, si tú quieres, de que estaré un poco más seguro en el próximo avión que tome hacia NY por navidades. Si es así, pues que sigan controlando.

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  2. Los que justifican todo ese espionaje, y todo lo otro de lo que ni idea tenemos, se parecen mucho a aquellos que justificaban todas las medidas que Fidel Castro dictaba al principio. Después, cuando les apretó el zapato, salieron corriendo y quejándose de la falta de libertades. Ahora está sucediendo algo parecido, especialmente de parte de algunos cubanos. Hasta que esa misma ley les pise al callo a alguno de ellos. Después de todo, uno nunca sabe cuando uno se pueda convertir en sospechoso o 'una amenaza potencial a la seguridad nacional'. Hasta esa definición está cambiando. Hay que ver lo que ha hecho Estados Unidos en este caso, como registrar el avión del presidente boliviano, algo impensable hasta hace poco. Claro, lo hizo por encargo. Que otros países pusieran la cara. No me gusta nada lo que está pasando en este país. Lo digo como ciudadano que ha vivido acá casi toda su vida. Hace poco, el FBI confirmó que ya se usan drones dentro de USA para espiar. Algunos pueden ser del tamaño de una libélula. . También veo como los medios de comunicación se comportan como voceros del gobierno o el establishment. Esto algunos lo ven muy bien. A mi me preocupa un poco. Todo lo cual me hace pensar que algo muy serio tiene en su poder este Snowden. Y claro, yo tampoco tengo nada que ocultar y soy uno de esos ciudadanos que pueden ser catalogados como ejemplares, modestia aparte. Pero, así y todo, creo que lo que está sucediendo nos concierne a todos.

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