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Tuesday, May 31, 2011

Una epopeya a los confines de la vileza

El polémico y destacado crítico, novelista, poeta, dramaturgo y periodista australiano Clive James dijo, no hace mucho, que si le daban 90 segundos para escoger el libro que mejor representaba el horror del siglo veinte, seleccionaría, sin ninguna duda Under a Cruel Star, el libro de memorias de la checa judía Heda Margolius Kovaly (Praga, 1919-2010), porque es el único que expone la vida bajo los dos regímenes totalitarios que brutalizaron esa época, el nazismo y el comunismo.
En esta breve, paradójicamente amena y desgarradora evocación, Margolius Kovaly narra su vida a partir de su deportación, en 1941, junto con toda su familia,  al ghetto polaco de Lodz, desde donde fue enviada a Auschwitz, para luego de un tiempo ser seleccionada para sobrevivir y trabajar en el campo de trabajo forzado de Christianstadt. De ahí fue evacuada por la llegada de las tropas soviéticas en 1945 y luego, junto con unas amigas, planeó un escape que la llevó de regreso a Praga. Tiempo después, se casó con Rudolf Margolius, un sobreviviente de Auschwitz y Dachau, devenido en comunista ferviente, que entre otros cargos de importancia, finalmente fue Viceministro de Comercio Exterior del gobierno de Klement Gottwald y que en 1952, fue arrestado y acusado de traidor durante los juicios estalinistas contra el primer ministro Rudolf Slansky y otros trece de los miembros de su gabinete, del cual también formó parte Artur London.
Margolius fue torturado, obligado a declararse traidor y fue uno de los que fueron ejecutados. El libro continúa narrando su avatar por todos esos años hasta la Primavera de Praga y la subsecuente invasión soviética.
A pesar de su protagonismo en un trascendente periodo histórico, Margolius Kovaly, sin escatimarlo, se concentra mas en las vicisitudes de la historia con minúscula que en los grandes sucesos que pueden encontrarse en los tratados sobre la era. Recuenta con claridad las pequeñas maniobras cotidianas de los sobrevivientes, de los oportunistas, de los que se han beneficiado con el horror y rechazan el rostro que les trae de vuelta su pasado, los temores fundados e infundados, las lealtades y las traiciones de la gente de a pie que vive en situaciones extremas, el vecino que no nos reconoce, el que nos tira la puerta en la cara, el que nos alberga y protege por un tiempo limitado y luego se lava las manos, el delator y también el que nos ayuda sin restricciones, a cuenta y riesgo. Todos estos personajes les resultarán familiares a quienes han vivido bajo un régimen similar. Todo esto narrado de forma simple, sin pretensiones literarias, para que el lenguaje no se convierta en el personaje principal e interfiera con la fluidez de los hechos. Si algo se le puede criticar es que en algunas ocasiones expresa en diálogos que se supone sean testimoniales, situaciones que se beneficiarían con la paráfrasis.
La autora se casó en 1955 con el intelectual Pavel Kovaly, quien fue defenestrado por casarse “con la viuda de un traidor”. El año siguiente, con el deshielo que siguió a la muerte de Stalin y el ascenso de Nikita Jruschev, los asesinados de manera similar en Hungría y Polonia, fueron rehabilitados pero en Checoslovaquia no fue hasta 1963 que algunos de los acusados en el proceso a Slansky, fueron públicamente reivindicados, sin embargo, Rudolf Margolius no lo fue y un tiempo después Heda fue llamada para comunicársele, en privado, la inocencia de su difunto marido. Cuando indignada reclamó una alocución pública le fue negada y ella continuó luchando, pero sin éxito. El libro llama por nombre y apellido a los funcionarios involucrados en la farsa, a los que se prestaron al engaño posterior y a los que continuaron sometiéndose a los dictados de la metrópoli opresora. Termina con la invasión soviética y su escape insólito hacia Holanda, en el cual pudo atravesar la frontera cuidada por tropas soviéticas, porque los habitantes de la región se negaron a darle comida a los soldados invasores y éstos, hambrientos, comenzaron a comer hongos del bosque y al no discriminar entre los que eran y los que no eran comestibles, pasaron horas con diarreas, evacuando en los bosques, alejados de sus atalayas. En aquel momento su esposo se encontraba dictando conferencias en los Estados Unidos y su hijo, Ivan Margolius, hacía años que se había escapado a Londres, en donde ejercía como arquitecto. El libro está lleno de anécdotas personales que sin embargo sirven para tipificar los mecanismos de control del gobierno comunista a niveles ordinarios, como por ejemplo, el uso de las encargadas de los edificios como fuentes de información acerca de los vecinos, muy a la manera de los CDR cubanos. Dibuja sutilmente un pastel representativo de la vida en la Praga de aquellos tiempos.

Heda Margolius Kovaly finalmente emigró a los Estados Unidos y fue bibliotecaria en la biblioteca de leyes internacionales de la universidad de Harvard, en Boston. En 1996, ella y su marido regresaron a Praga. Ha legado una imprescindible narrativa del terror totalitario que sólo puede compararse con Contra toda esperanza, las memorias de Nadiezhda Mandelstam.

Under a Cruel Star: A life in Prague 1941-1968. Autor: Heda Margolius Kovaly. Holmes and Meier Publishers, Trenton, New Jersey, 1997. 192 páginas. (Esta es la edición que poseo, el ibro fue escrito originalmente en 1986 y ha tenido varias ediciones y ha sido traducido a varios idiomas. En inglés, ha aparecido con distintos títulos como Farewell y The Victors and the Vanquished. En español fue publicado por la editorial mejicana V Siglos, en 1974, bajo el título de No quisiera recordarlo: Auschwitz 1941-Praga 1968.

Roberto Madrigal

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