Monday, April 6, 2015

La pose, la prosa y la guerra


Hay una secuencia en El ciudadano, en la cual Charles Foster Kane, que interpreta Orson Welles, ha enviado a un corresponsal a La Habana para que reporte lo que él anticipa de la guerra en Cuba, poco antes de que entraran los americanos en la contienda, y Kane recibe un telegrama de Wheeler, su corresponsal y le pide a su asesor Bernstein que se lo lea. Bernstein va leyendo: “Las mujeres son deliciosas en Cuba. Stop. Le pudiera enviar poemas en prosa sobre el paisaje, pero no quiero despilfarrar su dinero stop. No hay guerra en Cuba. Firmado Wheeler”. Kane, calmadamente, le dice a su asesor que tome nota y le envíe una respuesta a Wheeler, y le dice a Bernstein que escriba: “Tú envía la prosa que yo pongo la guerra”.

La secuencia es una imagen de una anécdota real en la cual William Randolph Hearst, el magnate de la prensa americana que representa el personaje de Kane en El ciudadano, en una situación similar en 1897, recibió una nota del fotógrafo Frederick Remington, al cual había enviado a Cuba, en la que este le pide que lo deje regresar a Estados Unidos porque en Cuba no encontró señales de guerra y Hearst le contestó: “Tú encárgate de mandar las fotos, que yo pongo la guerra”.

A casi cuatro meses del anuncio del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y los Estados Unidos, tras varias reuniones entre Roberta y Josefina, la naturaleza parece imitar al arte. En este caso, Cuba pone la pose, la prosa y la guerra, mientras que Estados Unidos hasta ahora solo provee una pose displicente.

No que no lo hubiera anticipado, pero evitando el simbolismo de que el restablecimiento indicara una rendición de los “valores y principios revolucionarios”, el general a quien no le importa tener quien le escriba, ha vuelto a poner al país en pie de guerra ante la posible invasión de los turistas y bienes de consumo americanos.

Primero adopta la pose de hombre soberbio, que ha tomado la decisión sin abandonar sus principios y para demostrar que no le teme al enemigo del cual dice no necesitar nada. Esta pose la asumirá nuevamente esta semana en la cumbre panameña, donde seguramente saludará con fría cordialidad al mandatario americano para luego denunciar, cuando le toque su turno ante los micrófonos, todas las pérfidas ideas de los imperialistas en sus deseos de eliminar los ideales revolucionarios de América Latina, que dirá encarnan los pueblos de Cuba y Venezuela en las figuras de sus líderes. Por supuesto él y Maduro.

La prosa ha surgido rabiosamente en los centros de trabajo de la isla, en los cuales se ha exigido de los trabajadores que firmen cartas, redactadas por el partido, denunciando la política de Obama hacia América Latina. También se han hecho repartir documentos que deben ser apoyados por los colectivos laborales, indicando la fidelidad a los principios del Che y de Fidel. Hoy en Cuba todo el mundo firma.

Por último ha declarado su guerra contra los opositores, aumentando los arrestos arbitrarios en los últimos dos meses. No hay tregua con el enemigo. Hay que defender la ideología en la cual ya nadie cree y si bien el general Castro es incapaz de sonar convincente, en parte porque ni él mismo se lo cree y en parte por su falta de capacidades histriónicas y su poco carisma, pues sus acciones de violencia grotesca tienen que resultar persuasivas. Es parte de su lucha por la supervivencia, mientras espera que la erosión del tiempo se lo lleve junto con sus secuaces y que después venga el diluvio.

Los americanos posan de calmados y mantienen su línea de ataque, que no es más que una búsqueda de posicionamiento para una vez que la biología cumpla su trabajo, tener una influencia en la isla y aprovecharse y dominar las oportunidades de comercio que se abran una vez que esta vuelva a comportarse como su vecino natural. Al mando de quién importa poco.

Mientras tanto, la población sigue soñando que un milagro solucione sus problemas. Con solo la impotencia en sus manos y sin posibilidades de tener influencia alguna, esperan que esta vez sea el viento del norte el que provoque el movimiento de Lola.


Roberto Madrigal

1 comment:

  1. Una vez mas................Viva la pepa!!!!!!!!!!
    tu amigo del norte

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